Pokotia


EL ENIGMA DEL MONOLITO DE POKOTIA,
EMBLEMA DE LA CIVILIZACIÓN PUKARA

El monolito de Pokotia es una estatua de piedra antropomorfa, de unos 170 cm de altura, que fue descubierta alrededor de 1960 en el sitio de Pokotia, a 2 kilómetros aproximadamente de la ciudad de piedra de Tiahuanaco.
En el 2002, los investigadores Bernardo Biados, Freddy Arce, Javier Escalante, César Calisaya, Leocadio Ticlla, Alberto Vásquez, Álvaro Fernholz, Omar Sadud, Paulo Batuani y Rodrigo Velasco, analizaron el monolito, el cual se encontraba en el Museo de metales preciosos de La Paz, y se dieron cuenta de que contiene inscripciones no sólo en la parte frontal, sino también en la dorsal.
Lamentablemente, no fue posible regresar al lugar exacto donde el monolito fue encontrado, ya que eso habría permitido efectuar un serio estudio estratigráfico. En todo caso, del análisis de la estatua se puede afirmar que ésta pertenece a un período anterior a la civilización Tiwanaku clásica. En mi opinión, el monolito de Pokotia pudo haber sido tallado en una época antecedente al florecimiento de la civilización Pukara.
Según la lingüística oficial, el término Pukara viene del quechua y significa fortaleza o lugar estratégico de donde se puede supervisar un valle o la confluencia de dos ríos.
La civilización Pukara tenía su centro en la ciudadela fortificada que se encuentra a 61 kilómetros al norte de Juliaca, en el departamento de Puno. Sin embargo, el término Pukara es tan común en los valles al norte del lago Titicaca (el sitio de Poquera y también los petroglifos de Pusharo, situados mucho más lejos, en el río Palotoa, en el Madre de Dios), que lleva, en mi opinión, a descubrir el origen de la civilización Pukara en la Amazonía.
Probablemente, algunos indígenas de origen arawak se dirigieron hacia la sierra alrededor del VI milenio antes de Cristo, con el fin de intercambiar sus productos. Algunos de ellos se detuvieron en el altiplano y, mezclándose con los nativos de origen Colla, dieron inicio a las culturas Chiripa y Qaluyo (lo prueban también los petroglifos de Quiaca, muy similares a los de Pusharo), y sucesivamente a la civilización Pukara.
El lugar donde fue hallado el monolito de Pokotia fue reconocido por algunos investigadores como un lugar sagrado o un oráculo.
Según el estudioso Clyde A. Winters, en el monolito de Pokotia hay varias inscripciones (de origen proto-sumerio), pero las más importantes están debajo de las manos (que están apoyadas en los muslos) y en la parte dorsal (en la espalda de la estatua).
Esta es la traducción de las inscripciones que se encuentran en la parte frontal, según Clyde A. Winters:
Divulguen a toda la humanidad la apertura del oráculo de Putaki. Se proclama que la estirpe de Putaki será estimada en el tiempo. Actúa justamente, de modo que el oráculo pueda divulgar la sabiduría. Aprecia el culto. Todos deben dar testimonio de la voluntad divina. El adivino interpretará la guía del oráculo, con el fin de anunciar las reglas que regirán a la humanidad. Los ciudadanos darán testimonio a favor del ser humano, que difundirá sabiduría y será ejemplo de carácter fuerte.
En la parte frontal izquierda de la estatua hay otra inscripción que se interpreta así:
El chamán proclama la inmensa importancia de este lugar, el poder de la divinidad, con el fin de entregar la sabiduría al hombre.
Luego hay dos incisiones adicionales en la misma parte frontal:
Oh, gran Putaki, hombre sabio y progenitor de muchas gentes.
Y otra más:
Jura dar testimonio de carácter y sabiduría. Da testimonio del poder de la divinidad, con el fin de reforzar tu carácter.
En la mano del monolito estaría escrito, todavía según Winters:
El oráculo de Putaki conduce al hombre a la verdad. Este oráculo precioso hará germinar la estima, ahora testimonia su fuga.
En lo que respecta a la parte dorsal del monolito, hay varias interpretaciones. Según Clyde A. Winters, esta sería la traducción:
La norma ideal es el oráculo. Este oráculo lleva al conocimiento de la voluntad divina. Distribuye a toda la humanidad la voluntad divina. Entiende el sentido de la voz perfecta. El oráculo esparcirá serenidad. Escuchen el oráculo, llamen al adivino. El adivino habla sabiamente. La voluntad divina será visible y destellante, saliendo de la boca del oráculo. Escuchen al adivino, escuchen el oráculo para poder adquirir sabiduría y carácter. Escuchen el oráculo para difundir la voluntad divina, siguiendo el Bien legítimo y justo. Invoca el alimento puro para el oráculo. Oh, oráculo, eres el testimonio de la pureza. Difundirás serenidad y sabiduría. El oráculo de Putaki es padre de la sabiduría y beneficio para todos. Se volverá un testimonio visible de la sabiduría y de la voluntad divina. Difundirás la voluntad divina y serás testimonio de su poder.
Según Winters, por tanto, el monolito de Pokotia era un oráculo de nombre Putaki.
Las inscripciones que hay allí grabadas estarían en proto-sumerio pictográfico, aunque no cuneiforme como en la Fuente Magna. Los autores de las inscripciones del monolito de Pokotia serían entonces los mismos que hicieron las incisiones de la Fuente Magna, en un período comprendido entre el 3000 y el 2000 a.C.
Winter también sugiere que el proto-sumerio derivaría, junto al proto-dravídico y al proto-mandé, de pueblos que vivieron en el Sahara antes del diluvio.
Hay también otra traducción de las inscripciones dorsales del monolito de Pokotia. Es una interpretación del quellca pictográfico, el antiguo idioma del altiplano andino, hablado quizás por un restringido círculo de sacerdotes en la cultura Pukara o en la Tiahuanaco clásica.
Según esta interpretación, que se basa incluso en cálculos arqueo-astronómicos, las inscripciones situadas en el dorso del monolito significarían:
En el tiempo en que Manco Capac y Mama Ocllo salieron de las aguas del lago Titicaca, apareció en el cielo una nueva estrella justo al lado de la Cruz del Sur. Sucesivamente, la estrella se hizo más pequeña y luego desapareció del cielo. Se veía sobre los montes en el horizonte entre dos montañas y comenzó a brillar el tercer día del cuarto mes.
Según esta interpretación, por lo tanto, la parte dorsal del monolito relataría la explosión de una supernova, justo cuando la célebre leyenda de Manco Capac y Mama Ocllo contaba que ellos salieron, o bien, “nacieron” del lago Titicaca.
Después de haber analizado tanto la Fuente Magna como el monolito de Pokotia, estoy cierto afirmar que los dos hallazgos son auténticos y que ambos contienen inscripciones proto-sumerias y quellcas.
Como ya señalé en mi artículo sobre la Fuente Magna, concuerdo totalmente con la tesis de Bernardo Biados, según la cual los sumerios circunnavegaron África ya a partir del 3000 a.C.
El hecho de que, una vez que llegaran a Cabo Verde, se enfrentaran a vientos contrarios, hizo que se dirigieran y se adentraran en el océano en busca de vientos favorables (la misma ruta fue recorrida siglos más tarde por los fenicios, los cartagineses y los portugueses).
Fue así como, accidentalmente, los navegantes sumerios se encontraron en las costas de Brasil, probablemente en los actuales estados del Piauí o Marañao. Como estaban en busca de metales, se dirigieron al interior del continente y, navegando a lo largo del río Madeira y del Beni, llegaron al altiplano andino, lugar que, además de ser rico en metales, es considerado sagrado desde tiempos arcaicos, por la existencia misma del lago Titicaca, el más alto del mundo.
Algunos sumerios permanecieron en el altiplano andino y se mezclaron con las etnias Colla y Arawak, mientras que otros regresaron a su patria.
Es interesante ver las similitudes, sobre todo en las consonantes, de los siguientes términos:
Pusharo (PSR), Pukara (PKR), Pokotia (PKT), Putaki (PTK). Por consiguiente, es posible que el origen de la civilización Pukara y, sucesivamente, del sitio de Pokotia (con el oráculo de Putaki), sea la selva amazónica, con los enigmáticos petroglifos de Pusharo, que, en mi opinión, indican un lugar estratégico utilizado por pueblos de la selva durante su largo recorrido hacia la sierra.
Si se aprueban ulteriores excavaciones en Tiwanaku y en Pokotia, con el propósito de escudriñar qué hay en una profundidad de unos 30 metros, podrían descubrirse importantes yacimientos proto-Pukara y quizás también otros antiguos rastros de la presencia de los sumerios en el Nuevo Mundo.
YURI LEVERATTO


L’enigma del monolito di Pokotia,
emblema della civiltà Pukara

Il monolito di Pokotia è una statua di pietra antropomorfa, alta circa 170 cm, che fu trovata intorno al 1960 nel sito di Pokotia, a circa 2 chilometri dalla città di pietra di Tiahuanaco.
Nel 2002 i ricercatori Bernardo Biados, Freddy Arce, Javier Escalante, Cesar Calisaya, Leocadio Ticlla, Alberto Vasquez, Alvaro Fernholz, Omar Sadud, Paulo Batuani e Rodrigo Velasco hanno analizzato il monolito, che si trovava nel Museo de metales preciosos a La Paz, e si sono resi conto che riportava delle iscrizioni non solo nella parte frontale, ma anche nel dorso.
Purtroppo non è stato possibile risalire al luogo esatto dove il monolito fu trovato, ciò avrebbe permesso attuare un serio studio stratigrafico. In ogni modo dall’analisi della statua si può affermare che appartiene ad un periodo antecedente alla civiltà Tiwanaku classica. A mio parere il monolito di Pokotia potrebbe essere stato intagliato in un periodo antecedente al fiorire della civiltà Pukara.
Secondo la linguistica ufficiale il termine Pukara viene dal Quechua e significa fortezza, o luogo strategico da dove si può controllare una vallata o la confluenza di due fiumi.
La civiltà Pukara aveva il suo centro nella cittadella fortifificata che si trova 61 chilometri al nord di Juliaca, nel dipartimento di Puno. Il termine Pukara però è così frequente nelle vallate a nord del lago Titicaca (il sito di Poquera e anche i petroglifi di Pusharo, situati molto più lontani, presso il fiume Palotoa, nel Madre de Dios), che porta a mio parere ad individuare l’origine della civiltà Pukara nell’Amazzonia.
Probabilmente alcuni indigeni di origine Arawak si spinsero verso la Sierra intorno al VI millennio prima di Cristo, per intercambiare i loro prodotti. Alcuni di loro si fermarono nell’altopiano e, mischiandosi con i nativi di origene Colla, diedero inizio alle cultura Chiripa e Qaluyo (lo provano anche i petroglifi di Quiaca, molto simili a quelli di Pusharo), e successivamente alla civiltà Pukara.
Il luogo dove fu trovato il monolito di Pokotia fu individuato da alcuni ricercatori come un sito sacro o un oracolo.
Secondo lo studioso Clyde A. Winters nel monolito di Pokotia vi sono varie iscrizioni (di origine proto-sumerica), ma le più importanti sono al di sotto delle mani (che sono appoggiate alle coscie), e nella parte dorsale (nella schiena della statua).
Questa è la traduzione delle iscrizioni che si trovano nella parte frontale, secondo l'epigrafista Clyde A. Winters:
Divulga a tutta l’umanità l’apertura dell’oracolo di Putaki. Si proclama che la stirpe di Putaki sarà stimata nel tempo. Agisci in modo giusto in modo che l’oracolo possa divulgare la saggezza. Apprezza il culto. Tutti devono testimoniare la volontà Divina. L’indovino interpreterà la guida dell’oracolo, in modo da rendere note le regole che guideranno l’umanità. I cittadini testimonieranno in favore dell’essere umano che diffonderà saggezza e sarà esempio di carattere forte.
Nella parte frontale sinistra della statua vi è un ulteriore decrizione che viene così interpretata:
Lo sciamano proclama l’immensa importanza di questo luogo, il potere della Divinità, in modo da consegnare la saggezza all’uomo.
Ci sono poi due altre incisioni addizionali, sempre nella parte frontale:
Oh grande Putaki, uomo saggio e progenitore di molte genti.
E ancora:
Giura di testimoniare carattere e saggezza. Porta testimonianza del potere della Divinità in modo da rafforzare il tuo carattere.
Nella mano del monolito vi sarebbe scritto, sempre secondo Winters:
L’oracolo di Putaki conduce l’uomo alla verità. Questo oracolo prezioso farà germogliare la stima, ora testimonia la sua fuga.
Per quanto riguarda la parte dorsale del monolito, ci sono varie interpretazioni. Secondo Clyde A. Winters questa sarebbe la traduzione:
La norma ideale è l’oracolo. Questo oracolo porta alla conoscenza della volontà divina. Distribuisci a tutta l’umanità la volontà divina. Cogli il senso della voce perfetta. L’oracolo spargerà serenità. Ascolta l’oracolo, chiamate l’indovino. L’indovino parla in modo saggio. La volontà divina diventerà visibile e scintillante, uscendo dalla bocca dell’oracolo. Ascoltate l’indovino, ascoltate l’oracolo per poter chiamare a voi saggezza e carattere. Ascoltate l’oracolo per diffondere la volontà divina, seguendo il Bene legittimo e giusto. Chiama a te il nutrimento puro per l’oracolo. Oh oracolo, sei il testimonio della purezza. Diffonderai serenità e saggezza. L’oracolo di Putaki è padre della saggezza e beneficio per tutti. Diventerà un testimonio visibile della saggezza e della volontà divina. Diffonderai la volontà divina e sarai testimonio del suo potere.
Secondo Winters pertanto, il monolito di Pokotia era un oracolo il cui nome era Putaki. Le iscrizioni che vi sono incise sarebbero in proto-sumero pittografico, anche se non cuneiforme come nella Fuente Magna. Gli autori delle iscrizioni del monolito di Pokotia sarebbero pertanto gli stessi che incisero la Fuente Magna, in un periodo compreso tra il 3000 e il 2000 a.C.
Sempre secondo Winter il proto-sumero deriverebbe, insieme al proto-dravidico, e al proto-mande, da popoli che vissero nel Sahara prima del diluvio.
Vi è poi un'altra traduzione delle iscrizioni dorsali del monolito di Pokotia. E’ un interpretazione del quellca pittografico, l’antico idioma dell’altopiano andino, parlato forse da una ristretta cerchia di sacerdoti nella cultura Pukara e nella Tiahuanaco classica.
Secondo questa interpretazione, che si basa anche su calcoli archeo-astronomici, le iscrizioni situate sul dorso del monolito significherebbero:
Nel tempo che Manco Capac e Mama Ocllo uscirono dalle acque del lago Titicaca, apparì nel cielo una nuova stella proprio al lato della Croce del Sud. Successivamente la stella si fece più piccola e quindi scomprave nel cielo. Si vedeva sopra le montagne all’orizzonte tra due montagne e iniziò a brillare il terzo giorno del quarto mese.
Secondo questa interpretazione quindi, la parte dorsale del monolito relaterebbe l’esplosione di una supernova, proprio quando la celebre leggenda di Manco Capac e Mama Ocllo situerebbe la loro uscita dal lago Titicaca ovvero la loro “nascita”.
Dopo avere analizzato sia la Fuente Magna che il monolito di Pokotia mi sento di affermare che i due reperti sono autentici ed entrambi riportano delle iscrizioni proto-sumeriche e quellca.
Come già da me ribadito nel mio articolo sulla Fuente Magna, concordo pienamente con la tesi di Bernardo Biados secondo la quale i Sumeri circumnavigarono l’Africa già a partire dal 3000 a.C.
Il fatto che, una volta arrivati presso Capo Verde, abbiano trovato venti contrari, li ha spinti ad inoltrarsi nell’oceano, alla ricerca di venti favorevoli (la stessa rotta fu percorsa secoli più tardi da Fenici, Cartaginesi e Portoghesi).
Fu così che, accidentalmente, i navigatori Sumeri si trovarono presso le coste del Brasile, probabilmente negli attuali Stati del Piauì o Maranhao. Siccome erano in cerca di metalli si diressero verso l’interno del continente e, navigando lungo il fiume Madeira e il Beni giunsero sull’altopiano andino, luogo oltrechè ricco di metalli, considerato sacro fin da tempi arcaici, per l’esistenza stessa del lago Titicaca, il più alto del mondo.
Alcuni Sumeri si fermarono nell’altopiano andino e si mischiarono con le etnie Colla e Arawak, mentre altri tornarono in patria.
E’ interesante verificare come i termini seguenti mostrino similarità, soprattutto nelle consonanti: Pusharo (PSR), Pukara (PKR), Pokotia (PKT), Putaki (PTK). E’ pertanto possibile che l’origine della civiltà Pukara, e successivamente del sito di Pokotia (con l’oracolo di Putaki), sia la selva amazzonica, con gli enigmatici petroglifi di Pusharo, che a mio parere indicano un luogo strategico utilizzato da popoli della selva durante il loro lungo percorso verso la Sierra.
Se ulteriori scavi saranno approvati a Tiwanaku e Pokotia, con il proposito di scoprire cosa vi sia alla profondità di ben 30 metri, potrebbero venire alla luce importanti giacimenti proto-Pukara, e forse anche altre antiche tracce della presenza dei Sumeri nel Nuovo Mondo.
YURI LEVERATTO

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